sábado, 24 de marzo de 2012

¿ CÓMO AFECTA A NUESTRO ORGANISMO EL CAMBIO DE HORA?

Nuestro organismo tiene más dificultades para adaptarse cuando siente que “ha perdido” una hora que cuando la gana. Por esta razón, este cambio de hora entraña más dificultades de adaptación.

• Personas mayores o aquellas que padecen cefaleas, epilepsia o trastornos del sueño, las más perjudicadas con el cambio de hora.

• Fraccionar la hora de diferencia en la que se ven afectados nuestros horarios de alimentación y sueño, adelantando paulatinamente nuestras rutinas los días previos, la mejor forma de adaptarnos.

• Aunque el cambio de horario suponga ciertos desajustes en nuestro organismo, a la larga, nuestro rendimiento se ve mejorado cuando armonizamos nuestra actividad con los tiempos de luz solar.

22 de marzo de 2012.- Este fin de semana nuestros relojes se adelantarán una hora para adaptarnos al horario de verano, una costumbre que en España se realiza desde 1918, aunque de forma desigual y con revocaciones puntuales. La Sociedad Española de Neurología (SEN) recuerda que en los días posteriores a los cambios de horario es común que aparezcan ciertos trastornos motivados del desajuste entre nuestro reloj biológico y la hora real.

“Aunque no todas las personas tienen dificultades para adaptarse, es habitual es que se necesite entre uno y cinco días para ajustar nuestro reloj biológico a la nueva situación”, señala en Dr. Carlos Tejero Juste, Vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN). “La sensación es semejante a lo que nos ocurre cuando viajamos a través de distintos husos horarios, al jet-lag, con la diferencia de que, en este caso, al tratarse sólo de una hora de diferencia, los trastornos son de menor intensidad. Al igual que en los viajes, nos es más fácil adaptarnos en aquellos países donde al viajar ganamos tiempo. Así pues, podríamos decir que, el cambio de horario de invierno al de verano, como en esta ocasión, y donde nuestro reloj biológico ‘pierde’ una hora, entraña más dificultades de adaptación”.

Las personas jóvenes y sanas pueden experimentar sensación de cansancio, somnolencia, cierta desorientación o aturdimiento, falta de concentración, de energía, dificultad para dormir,… Sin embargo, personas mayores o aquellas que padecen algún trastorno neurológico como cefaleas, epilepsia o trastornos de sueño pueden verse más perjudicadas. “Todas aquellas personas que, bien por su edad o por padecer alguna patología, deben descansar de forma adecuada para encontrase bien al día siguiente son a las que más perturba el cambio de horario”, explica el Dr. Carlos Tejero. “Todos deberíamos hacerlo pero, en especial para éstas, es recomendable que tomen medidas que les permitan adaptarse de forma progresiva al cambio de horario”.

Algunas de las medidas que se pueden tomar para adaptarnos serían:

• Fraccionar la hora de diferencia en la que se ven afectados nuestros horarios de alimentación y sueño, adelantando los días previos nuestras rutinas unos 15 minutos de forma progresiva.
• Evitar las siestas diurnas para tener más sueño por la noche.
• Intentar llevar un horario regular tanto en alimentación como en sueño, al menos durante los primeros días.
• Ajustar el reloj cuanto antes. Lo más adecuado sería hacerlo justo antes de irnos a dormir para que nos levantemos con el horario adecuado.

“Lo que no es aconsejable es utilizar fármacos o remedios naturales por mucho que creamos que nos puede ayudar en la adaptación al cambio. Hay que afrontarlo de forma progresiva y natural”, comenta el Dr. Carlos Tejero.

En todo caso, hay que tener en cuenta que para la población sana, las consecuencias del cambio de horario son transitorias y leves y no suelen ser muy distintas de la sensación que se produce cuando los lunes nos incorporamos al trabajo, después de haber desajustado nuestro horario el fin de semana. “Además, aunque el cambio de horario suponga ciertos desajustes en nuestro organismo, a la larga, y al armonizar nuestra actividad con los tiempos de luz solar, también se ve mejorado nuestro rendimiento”, concluye el Dr. Carlos Tejero.

FUENTE:22/mar/2012 Sociedad Española de Neurología. 2012 Mar

viernes, 23 de marzo de 2012

LA DEPRESIÓN, UN TRASTORNO PRIMAVERAL QUE CADA VEZ AFECTA A MÁS PERSONAS

Contrariamente a lo que muchos piensan, la primavera no es la época más feliz del año para muchos; al parecer el cambio climático en esta estación favorece los brotes depresivos, así lo asegura el psiquiatra coordinador del Centro de Atención Integral de la Depresión.

En Mallorca existen entre 70.000 y 80.000 pacientes deprimidos, aunque muchos de ellos no lo sepan, o no lo quieran aceptar. No obstante, la Isla está por debajo de la media mundial, por su clima agradable y estilo de vida algo distendido.

Las diferencias entre mujeres y hombres en cuanto a este trastorno son bastante marcadas: por cada hombre hay tres mujeres que lo padecen: “existen factores neuroendocrinos y culturales que las llevan a ser más vulnerables a esta enfermedad, por tanto el impacto es mayor en ellas, pues además son más propensas a mostrar sus sentimientos, tienen menos vergüenza de admitir que se sienten deprimidas”, explica el doctor Lázaro.

La depresión es, junto con la ansiedad
, el problema que más demanda tiene en los servicios de salud mental, para el año 2020 se estima que este trastorno conductual será -junto con las enfermedades cardiovasculares- el que más limitaciones para trabajar va a producir.

Pero hablemos de la depresión, este mal del que tanto se oye hablar y que algunos confunden con un simple problema adaptativo; la depresión es un estado de ánimo que altera la calidad de vida; se produce cuando una persona está triste, pero no una tristeza pasajera, sino que esta persona se siente incapaz de alegrarse, y puede deberse a varias causas.

Estas causas pueden ser externas, tales como el estrés, o una pérdida (de un ser querido, de un trabajo, por una separación amorosa), o internas, como es el caso de la menopausia en las mujeres, o por la falta de algunas enzimas necesarias para el buen funcionamiento del cerebro. En este caso hablamos de la depresión endógena, que constituye el 50% de todas las depresiones y es la que afecta más en esta época del año, ligada al cambio estacional.

Esta enfermedad existe en cualquier clase social, su alcance va más allá de estatus, raza o cualquier otra distinción, causando sufrimiento, no sólo a quien la padece, sino a la familia. Es por ello que ante cualquier síntoma es mejor ponerse en manos de un profesional, como aconseja el coordinador del Centro de Atención Integral de la Depresión, un centro donde se aborda este fenómeno de forma multidisciplinar a través de diferentes terapias.

fuente.texto completo: mallorcadiario.com abril 2005

EL EFECTO DE LA ASTENIA PRIMAVERAL

La astenia primaveral caracterizada por debilidad muscular para hacer cualquier esfuerzo, dolor de cabeza y malestar general, tensión arterial baja, una tristeza inexplicable e, incluso, ausencia de interés sexual causa verdaderos estragos entre la población cada año. El cambio brusco de temperaturas que hemos sufrido en las últimas semanas ha marcado un punto de inflexión en las personas que padecen este trastorno estacional.

La psicóloga Mercedes Torres Anguiano explica que aunque esta patología afecta en mayor medida a aquellas personas que son más propensos a las alteraciones de ánimo o padecen depresión, la astenia se generaliza en todas las personas. Según los últimos estudios, la incidencia de esta enfermedad se ha multiplicado en las últimas décadas y he llegado a ser uno de los motivos más frecuentes de consultas en el área de Medicina Interna.

Torres Anguiano hace hincapié en el factor climatológico: “En primavera aumenta el tiempo de exposición a la luz solar, se cambian los hábitos de vida, las horas de sueño y, en definitiva, los ritmos naturales de nuestra vida. Estos son aspectos que hay que saber controlar, y hay quienes encuentran dificultad para ello”.

Las mujeres entre treinta y cuarenta años son las más propensas a sufrir astenia (de cualquiera de los dos tipos: de origen físico o de origen nervioso). La psicóloga comenta que aunque no hay una razón científica concreta que explique esta casuística, la astenia hace mella en mujeres con pocas estrategias internas, con poca independencia y que se encuentran “vacías”.

Con todo, los especialistas aclaran que estos cuadros clínicos suelen desaparecer al cabo de tres o cuatro semanas de entrada la primavera, un periodo de tiempo en el que la actividad fisiológica se adapta al nuevo cambio climático y horario que adquirimos. Si esto no fuera así, se recomienda acudir al psicólogo para que ayude al paciente a afrontar estos nuevos estados y no caiga en una patología más grave.


FUENTE: DIARIO DE JAÉN 23-MAY-2006