jueves, 25 de noviembre de 2010

¿POR QUÉ LAS MUJERES SE DEPRIMEN MÁS QUE LOS HOMBRES?

La mujer tiene una mayor probabilidad que el hombre (dos a uno) de presentar un trastorno depresivo a lo largo de la vida. La edad de inicio de la depresión en la mujer suele ser más temprana,con un incremento en la etapa fértil. En el intento de esclarecer la mayor frecuencia de depresión en la mujer, se han propuesto explicaciones biológicas, psicológicas y socioculturales.
Las biológicas, ponen de relieve las diferencias que se observan entre los sexos en la estructura y funcionamiento cerebral, como también los factores hormonales relacionados con el ciclo reproductor y una diferente respuesta al stress.
Las explicaciones psicosociales ponen el acento en la constitución del psiquismo y de la identidad femenina como un largo y complejo proceso, en el que juegan un papel en la precipitación del cuadro depresivo los acontecimientos vitales, el status social y el diferente manejo de las emociones.

LA IDENTIDAD FEMENINA Y LOS FACTORES PSICOSOCIALES
“La mayor incidencia de la depresión (Distimia 3,7 en mujeres
frente a 2,6 en hombres; Depresión mayor 4,6 mujeres frente
a 2,2 en hombres) no debe buscarse en la biología, en su fisiología,
en su cuerpo, sino en las condiciones de vida y en las
características de su subjetividad”
Los roles de género afectan a los modos de enfermar de las
mujeres, sobretodo cuando las desigualdades que se producen
son importantes.
Que las mujeres tengan mayor depresión que los hombres estaría influido por las circunstancias sociales como el nivel socioeconómico, el nivel de estudios, el número de hijos, tipo y condiciones de trabajo. Esta desventaja se encuentra en la estructura social donde la feminidad favorece tal como ha sido conceptualizada en nuestra cultura ciertos rasgos como la dependencia, la sumisión y el ocupar determinados roles -maternales y de cuidadora de la familia- que significan un factor
de riesgo para la depresión, en la medida que le exigen la postergación de sus necesidades para comprometerse por los otros que dependen de los cuidados que pueda proveer.
Los roles han ido cambiando, en las sociedades industriales ya no están tan prescriptos, sino que los elige cada pareja. No obstante la mujer tiende a la doble pertenencia, lo público y lo privado, y esto le implica a muchas mujeres una doble o
triple carga, a la del hogar, se suma la del trabajo y el cuidado de los adultos mayores y/o de otros miembros de la familia.
Esto lleva a una paradoja, la mujer abarca más espacios pero no por eso está más feliz, por el contrario en muchos casos se sigue postergando en sus necesidades más personales y esto favorece la depresión por el stress crónico que conlleva.

La autoestima de la mujer tiene un refuerzo importantísimo en los vínculos, constituyendo un factor fundamental de sostén afectivo. Es frecuente que mujeres con un cuadro depresivo traigan como motivo de consulta la soledad, el maltrato
vincular, la queja de vínculos desafectivizados o conflictivos y la falta de un confidente entre los factores de sufrimiento psíquico y desencadenantes del trastorno depresivo. También, observamos que la variable de un soporte social trófico y positivo es un factor importante en la recuperación.

CONCLUSIÓN
Los cambios que la mujer ha experimentado: la participación en el mundo laboral, el control de la natalidad y el reconocimiento de derechos civiles han dignificado la condición femenina. A la mayoría de las mujeres los cambios mencionados les resultan
gratificantes y estimulantes, para otras la complejidady las exigencias a las que se ven expuestas sólo incrementan el dilema de vivir. Y la depresión, para muchas mujeres es la respuesta a este dilema.

http://www.apsa.org.ar/docs/sinopsis0910.pdf